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Espacio dedicado a los alumnos del CEDART "Luis Spota Saavedra" en el marco de la asignatura "Métodos de Investigación I - II"

lunes, 6 de diciembre de 2010

El Fuego Creador "Resplandor y Soledad"



En el MUAC se exhibe la  primera muestra individual en Latinoamérica del artista chino Cai Guo-Quiang y se realiza a partir de la producción previa de las piezas con estudiantes de la Escuela Nacional de Artes Plásticas


Es quizá un lugar común recordar que los chinos inventaron la pólvora; que durante la Dinastía Han los alquimistas taoístas investigaban sobre un elixir para la inmortalidad y provocaron así muchos incendios, hasta el siglo VIII, cuando establecieron su fórmula. Pero vale recordarlo porque su uso adquiere hoy nuevos significados en el arte de Cai Guo-Qiang (China, 1957), que visita el MUAC con la muestra Resplandor y soledad.
En su producción, sobre telas hechas a mano el fuego fija imágenes que el artista traza con pólvora, mechas y una serie de guiños a su historia. Esta vez, durante cinco sesiones a los ojos del público y con la ayuda de los alumnos de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, produjo la mitad de las piezas que se exhiben en el espacio universitario a partir del primero de diciembre.
Curada por Ben Tufnell, la exposición reúne dos partes: la instalación, Resplandor y soledad (2010) -que da título a la muestra-, desarrollada como un proyecto de sitio específico para el museo, y un recuento de los eventos explosivos característicos de la obra de Guo-Qiang desde 1990, proyectados a gran escala.
Sesiones abiertas
Durante sesiones abiertas al público, el trabajo en las imágenes de Resplandor y soledad redundó en algunas certezas: que ver trabajar a un artista acaba por modificar toda preconcepción del espectador (pocas veces algo es "como se imaginaba"). Y, por otra parte, mirar a Cai Guo-Qiang en acción agota cualquier ánimo de entender lo que pasa.
De edad incalculable, la figura delgada del artista traza líneas sobre el papel que se halla en el piso. Compone imágenes con grafías y formas múltiples: algunas parecen figurativas o representar algo, pero nada demasiado claro. Los alumnos de la ENAP deberán cortar segmentos de esos trazos para hacer una plantilla.
Sobre ella, ensimismado, el artista aplica diferentes tipos de pólvora y mechas que, tras ser encendidas, producen una serie de explosiones controladas sobre la superficie del papel. Es así como se fija la figura resultante.
Durante el proceso, de largas jornadas, los estudiantes muestran gran disposición, aunque están alertas. Guo-Qiang es minucioso, preciso, impredecible. Por otro lado, el compañero seleccionado para guiarlos con las instrucciones traduce cada indicación con manierismo.
El público crece y cambia con las horas durante los cinco días en que el artista trabajó frente a ellos. Al final de su producción, los dibujos de pólvora se convierten en algo más que simples representaciones: sugieren a través del proceso de su creación una transformación alquímica del tiempo, la energía y la materia.
La soledad
El artista que desde hace 15 años reside en Nueva York y cuyos proyectos han sido montados en lugares como la Gran Muralla China, Central Park en Nueva York y la Tate Modern en Londres, combina  la seriedad con un carácter lúdico para producir resultados paradójicos al explorar los conceptos de identidad, comunidad, historia y transformación.
De acuerdo con información del museo, comenzó a experimentar con el uso de la pólvora al buscar albergar más espontaneidad en su obra como reacción al carácter opresivo y controlado del ambiente social de China y sus tradiciones artísticas.
Interesado en conflictos sociales, construye sus propuestas con base en la mitología antigua, historia militar, cosmología taoísta, observaciones extraterrestres, técnicas maoístas revolucionarias, filosofía budista, tecnología pirotécnica, medicina china y la realidad contemporánea. Al seguir esa línea, caracteriza todo proceso de cambio, a pesar de ser violento, como cargador de semillas de creación positiva.
Los materiales que utiliza son a menudo sometidos a procesos de transformación inesperada y a veces violenta. El artista propone que el mundo es mutable, que tanto la materia y la conciencia existen en un estado de flujo, sujetos a constantes cambios intuitivos e inspiradores. Y dicho cambio puede ser iniciado por el fuego o la luz que se consumen.
Para Cai Guo-Qiang, el desarrollo de una instalación a gran escala como la que se presenta en el MUAC es un proceso que parte de un análisis discursivo con el curador y con sus colegas en el estudio y en el museo, seguido por la visita al espacio, la investigación y, finalmente, la asistencia práctica crucial durante el proceso de creación de los dibujos de pólvora.
"Resplandor y soledad presenta un paisaje panorámico altamente teatral y conscientemente artificial. Se trata de una interpretación de México que remite a sus mitos fundacionales así como a  las condiciones geológicas que le permitieron a la Ciudad de México establecerse en su lugar actual", se explica.
Por ello, construyó un paisaje de rocas volcánicas  con un "lago" de mezcal en su centro que representa el Lago de Texcoco, pero también llena el espacio expositivo con el aroma evocador del alcohol y crea un entorno fuertemente sensorial.
Para el artista, el alcohol es al mismo tiempo el agente de la convivencia, la comunidad y la hospitalidad, así como el portador de la soledad. Alrededor del lago se despliega una secuencia de catorce dibujos de pólvora que representan elementos del paisaje mexicano, así como flora y fauna, diferentes  referencias culturales locales y un inmenso sol negro. Resplandor y soledad se inaugura el 1 de diciembre en el MUAC.

Fuente: Gómez, Christian.
http://www.cultura.unam.mx/?tp=articulo&id=2037&ac=mostrar&Itemid=207&ct=322
Consultado el día 06 de diciembre 2010